Viejo vecindario, agrio soldado y vicevera

Recuerdo de un viejo vecindario,
agrio recuerdo de un soldado,
lágrimas llenas de espinas,
esas malditas cortinas,
la sangre se ha derramado,
mente prodigiosa,
análisis de encuestas baratas,
el ladrido del perro
retumbante en mi oído.
Viajes de infierno a lluvia,
de rostros amargados a felices.
Los amargados más grises
los felices más azules.
Esas horas muertas,
de análisis de virtudes,
de inquietudes,
de farsas,
de graves y agudos.
Cómo transmitir tanto dolor
a los mortales con tan simples letras,
cómo naufragar en la mente ajena
sin ser arrastrado por su arrogancia.
Maravilloso invierno lleno de nieve,
de frio,
de escenas que se reproducen cada año,
de ver caras inmaduras
en aquellos que un día fueron tu ejemplo.
Ver la idiotez en argumentos
que manipulaban la mente,
llevándola al azul por un momento,
cuando en realidad era todo gris.
Intento transmitir lo que mi alma siente,
los dedos como mortales se cansan,
mi cerebro solo emite señales sin pensar,
el efecto de esas malditas drogas
consumidas en el pasado,
están haciendo efecto.
Estoy llegando al éxtasis emocional,
al punto que puedo amar
con fuerzas, agarrarlo
y no soltarlo nunca,  
pero también al punto,
que puedo destruir todo,
lo que este en mi rumbo,
plasmando el recuerdo
de aquel viejo soldado
en el agrio vecindario.

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