Zumo de luna

Recuerdo que era febrero, el invierno aun se dejaba notar, salir a la calle sin abrigo, era misión suicida, la sangre se volvía fría, estaba ella sentada, esperando gente desconocida, al lado de una conocida, fue mirarle a los ojos, pensé que era ella, pensé que eras tu, Sin darme cuenta, presentaciones, deseos, sueños,historias, su nombre, el mio, lo estaba poniendo muy fácil, chica de ojos marrones brillantes, preocupada, desconcertada, indecisa, inquieta, prefirió dejarme, que acompañarme.

Se fue, desapareció sin decir adiós, no voy a mentir me dolió. Como lo he dicho es de esas que se van sin despedirse, pero dejo un corazón vacío e ilusionado.  Pasa mayo, llega junio, y con este los exámenes, los errores de enero pasan factura, el estrés se manifiesta, la duda invade, la curiosidad hace caer al vació...las noches en vela y los cafés que no falten.  Pero también aparece el calor, la piel comienza a desear el fresco de la brisa del mar, en las calles gente con poca ropa mostrando su piel pálida, morena, negra, amarilla o quizás morada. Yo en una habitación ajena, sintiendo el zumo de luna de la persona equivocada, donde mi corazón no late encima del otro ser, porque no siento nada…absolutamente nada...placer por placer, como si de un animal se tratara. Ella haciendo vida familiar, despierta, y se siente vacía, quiere salir de la monotonía, correr sin parar hasta encontrar a alguien que le despierte magia en su cuerpo. Se acuerda del chico misterioso que conoció en

Una mañana despierto y pienso en ti me gustaría explicarte, bajo el agua, encima de un banco, o quizás entre tus labios, que hace que dos almas se unan, es conocer que, entre tanto humo, entre tantas personas, entre tanto dolor del pasado, entre tanta confusión, de sentimientos, entre el suburbio de la ciudad, nuestras manos se comprenden.