Una carta para mi niño egocéntrico

Y las noches de desvelo comenzaron a atacarme una vez más, lo peor de todo es que siempre hablo de no volver a escribir sobre ti, pero aquí me tienes con papel en mano sufriendo tu olvido niño egocéntrico.
Sabes, fue una primavera con muchas rosas y un verano bastante lluvioso por los restos del polen que dejaste dentro de mí. 
Llega el invierno y de verdad lo siento tanto, siempre termino haciéndole daño a lo que más amo y con esto no digo que me doy por vencida en nuestra relación, lo hago por mí, de verdad estoy cansada de hacerte daño, de despertar con la persona equivocada todas las mañanas y dar el beso equivocado, mientras como una adolescente me imagino una vida contigo.
Quiero creer que todos entramos en la vida de las personas por una sola razón y con dos opciones, quedarnos para siempre, o por un tiempo limitado, que podemos enseñarles a ser felices junto a nosotros, o hacerlos pedazos, quizás podemos enseñarles que a veces las cosas no son eternas, que son fugaces, pero que eso no las hace peor, aunque al marcharnos nos duela a ambos. No entramos en la vida de las personas porque si, nada es por casualidad, creo que nuestro destino ya estaba preparado, estaba escrito que el primer día bebería un Gin Tonic y tu una cerveza, estaba escrito que me besarías después de leerte un poema de Charles Bukowski. Estaba escrito que me ibas hacer el amor con el alma, que me harías gemir versos, hasta que mi zumo de luna mojara tu cuerpo, estaba escrito que cambiarías mi mundo. Estaba escrito que te extrañaría y tu sufrirías, que la diferencias de edades surgirían su efecto, estaba escrito todo, menos el dolor que sudaría entre mis pechos.
Maldita sea, me desvié del tema, a estas alturas todo tiene orden y sentido menos mis ideas, mi vida y es que de verdad te juro que quisiera tener la valentía y la fuerza de poder tomar tus manos, mirarte a los ojos, esos marrones tan tuyos y decirte lo mucho que me importas y me importarás, a pesar de que ya no quieras estar conmigo, siempre estaré ahí, te elegiría una y mil veces, sin importar cuánto duelas ahora, pero todo queda en palabras y en la cobardía de una mujer confundida por sentimiento anatómicos, quizás algún día leas estas letras y puedas comprenderme un poco más.
Lamentó el daño provocado, así como lamentó el daño que me provocaste, misión cumplida, ya me hiciste reaccionar y abrir los ojos como tanto querías, ahora ya no siento nada.
Puedo imaginar todas las preguntas de rutina, esa maldita rutina que tanto odio y de la cual me sacabas con solo tu presencia y llega el ¿por qué ahora? ¿Por qué no reaccione antes y actúe? ¿Qué haré ahora? ¿Una vida juntos?, todas estas preguntas se resumen a una sola explicación y respuesta, porque justo ahora es cuando digo adiós pero no como aquellas despedidas sin final, está vez me alejo para siempre, está vez si me destruiste, está vez por fin se terminó después de las idas y venidas de abril a noviembre,  me quedo con mi parte de culpa, que posiblemente sea mayor a la tuya pero tú te quedas con las dudas de un futuro juntos y de aquella vida que planeábamos, te quedas con mi dolor y olvido a la vez, pero también te quedas con mi amor y quizás con mi orgullo, es más quédate con todo, no quiero llevarme nada. Yo me seguiré refugiando en los labios, en la piel de siempre, de ese que duerme a mi lado y abrazo todas las noches.
Te amo tanto amor mío pero hoy por fin te dejo libre, que los Charles te acompañen.

La tercera parte de " Imposibilidad de una edad prematura", aquí dejo los enlaces de las otras partes:
1. "La mujer que me robo el sueño y se marchó"
https://zumodelunallena.blogspot.com.es/2016/06/la-mujer-que-me-robo-el-sueno-y-se.html

2." La triste historia de su vuelta"
https://zumodelunallena.blogspot.com.es/2016/11/la-triste-historia-de-su-vuelta.html

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