Una sala

Un sonido, me dice que no te gusta el whisky, que has dejado de reír sin parar. Cuando llega la noche una voz te atormenta, te ahoga y que esa ignorante voz es la mía.
Me han contado que adoras el humo, que escuchas canciones raras, que escribes verbos inventados, que tu acento ha cambiado, que cuando despiertas pronuncias un sujeto que se ha quedado sin predicado porque el predicado era mi alma.
Me han dicho que tus aventuras dejaron de ser las mismas, he visto que ya no miras a la cara, que cuando besas abres los ojos por el miedo a cerrarlos, y que mi imagen se proyecte en su frente, como sí de una sala de teatro se tratara.
Una sala donde el espectador soy yo y tú eres una simple actriz de tu cuento favorito... un murmullo, unas palabras, esa maldita canción, una película, palomitas, ese tonto recuerdo, tu engaño, tu farsa, toda la pena reflejada en tu sonrisa.


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