Innato
Sueños desvanecidos con él va y ven
de las sombras,
armadura insaciable que resiste los golpes,
metralleta superficial.
El cuerpo pidiendo adrenalina,
la mente trabajando en lo sensato,
el corazón clamando tu gen soñador.
Una lucha externa contra el mundo mudo,
intentar destruir lo ordinario.
Maldita batalla interior,
un encuentro entre lo racional y sentimental,
imposible encontrar el punto intermedio,
ese del que tanto se habla,
preferir chocolate caliente y helado frio,
a la inversa solo funciona en física.
Bicho insaciable que desea el todo
pero no la nada,
elegir llegar a la tumba con historias tatuadas
y bailar en campo santo,
que morir como un maniquí de revistas de corazón.
Seguir el camino sin coordenadas,
consumirnos hablando de sueños rotos,
pero seguir corriendo entre la multitud,
buscando lo innato,
la parte animal que conduce al placer,
infinito o limitado, pero placer,
correr y dejar de correrse
al encontrar aquello especial
que hace sentir dragones en el estómago,
que aprieta,
quema
y duele.
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