Te lo confieso

Una vez en calma, me agarre de una rama
llevo desde las tres en cama,
encendiendo luces de vidas, que deje en calma.
No te permito que desnudes mi alma,
no rompas mis tejidos,
no cambies mi grupo sanguíneo,
un intenso gemido te llevaría
a encontrarte con mis arterias.
Hace meses que ella me ha olvidado,
está cantado en un micrófono ajeno,
en su habitación están estallando
naves espaciales,
está tocando y probando nuevos
misterios.
Quiero odiarla pero no puedo,
no hizo nada que no fuera normal
a su edad, niña caprichosa,
quiero que sepas que todas las mañana
que desperté a tu lado fueron especiales,
incluso aquella discusión de verano,
fue algo maravilloso.
Te pronuncio esas palabras que
ayer fueron inútiles
y que hoy tengo miedo a decir,
no puedo hablarte de amor,
estoy encarcelado en el destino
del orgullo,
que me quema por dentro.

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