Siempre joven
Saber que algún día serás muy mayor te lleva al pánico emocional, caminando por las calles miras a las personas mayores y solo puedes ver en sus ojos una cierta triste porque llega el fin, ¿dura realidad?, algunos juegan al bingo, otros simplemente se sientan en la calle para observar la juventud mientras hacen el comentario” cuando yo tenía su edad…”. En ese momento te das cuenta de que tú no quieres llegar a decir esa frase, solo quieres permanecer siempre joven, tener la vida a tus pies, tener siempre la misma vitalidad y ganas de comerte el mundo porque no tienes nada por ello no hay nada que perder, sueñas con permanecer siempre joven, reír sin parar, terminar cada noche en una cuneta distinta sin importarte el mañana, tener sexo en los descampados, cantar en mitad de la calle, perderte por las noches oscuras de la ciudad, celebrar cualquier cosa por muy absurda que sea, llorar cuando ves a alguien especial, dar a conocer al mundo tus más profundos sentimientos.
Te subes a un bus con destino al infinito y lo primero que ves “mira lo viejo que es el viento y aun sopla” comienzas de nuevo una reflexión y te das cuenta de que aunque pasen los años nunca tienes porque perder la sonrisa ni la vitalidad, que debes ser siempre joven por muy arrugado que estés.
Cedes el lugar a una mujer mayor que vuelve muy feliz con las compras para sus nietos, en ese momento llegas a la conclusión que los años jamás volverán, que la vida es contrarreloj, porque jamás volverán esos veranos en moto donde te sentías el rey del mundo, ni las noches de fiesta, que las estrellas de febrero del 2012 no volverán, ni aquella fría lluvia de noviembre del 2013.
Por fin acabas tu viaje te sientas, respiras profundo pones la canción de “Forever Young” de Bob Dylan, mientras deseas que tu corazón siempre este alegre, que tu canción sea siempre cantada, que tus amigos sean para siempre, que los besos tengan siempre el mismo sabor, que las caricias siempre te pongan los pelos de punta, que tus manos estén siempre ocupadas, que tus pies siempre se muevan al compás del rock and roll, que tus converse siempre sean tus converse, que tu cerveza preferida siempre sea la rubia, que tu whisky siempre sea Jack Daniels, que tu guitarra siempre suene igual, que los pequeños detalles sean siempre los más importantes, que tus relaciones sexuales sean siempre igual de locas, que la comida basura siempre sea tu favorita, y principalmente que cada día que pase sea siempre distinto.
Te subes a un bus con destino al infinito y lo primero que ves “mira lo viejo que es el viento y aun sopla” comienzas de nuevo una reflexión y te das cuenta de que aunque pasen los años nunca tienes porque perder la sonrisa ni la vitalidad, que debes ser siempre joven por muy arrugado que estés.
Cedes el lugar a una mujer mayor que vuelve muy feliz con las compras para sus nietos, en ese momento llegas a la conclusión que los años jamás volverán, que la vida es contrarreloj, porque jamás volverán esos veranos en moto donde te sentías el rey del mundo, ni las noches de fiesta, que las estrellas de febrero del 2012 no volverán, ni aquella fría lluvia de noviembre del 2013.
Por fin acabas tu viaje te sientas, respiras profundo pones la canción de “Forever Young” de Bob Dylan, mientras deseas que tu corazón siempre este alegre, que tu canción sea siempre cantada, que tus amigos sean para siempre, que los besos tengan siempre el mismo sabor, que las caricias siempre te pongan los pelos de punta, que tus manos estén siempre ocupadas, que tus pies siempre se muevan al compás del rock and roll, que tus converse siempre sean tus converse, que tu cerveza preferida siempre sea la rubia, que tu whisky siempre sea Jack Daniels, que tu guitarra siempre suene igual, que los pequeños detalles sean siempre los más importantes, que tus relaciones sexuales sean siempre igual de locas, que la comida basura siempre sea tu favorita, y principalmente que cada día que pase sea siempre distinto.
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