Zumo de luna

Un día raro de esos de julio o agosto, del dos mil veinte Me sentaré enfrente de ti, me miraras a los ojos, me dirás como fueron aquellos días que te tuve lejos, me contaras tu historia, sin mí, yo te contaré la mía, si ti, sabrás con suficiente certeza que debiste quedarte, y te arrepentirás de haber tenido que marchar, y me arrepentiré de tener que, marcharme.

Ese maldito odio a cada kilómetro, cada centímetro, cada persona, cada luna, cada constelación, cada estúpida capa, que me aleja de ti, que me separa de tu sonrisa, que me derrite en la soledad, una noche me voy a cansar de todo esto, correré a tus manos, el tic tac del reloj se detendrá, te agarraré con fuerzas, con muchas ganas, te sujetaré de las caderas y te soltaré cuando la luna se disfume con los rayos del sol.

Recibió tu carta, una carta con sabor agridulce,  la carta del adiós,  por sus mejillas recorrían lagrimas, del amor perdido, por su mente pasaban recuerdos.  Recuerdos de paseos a su lado, de besos en su peca roja, de las cartas de amor, de las vacaciones de verano. Ella era el amor de su vida, chica, tierna, alegre, hermosa, inteligente, dulce y perfecta.  Esa carta puso fin a una historia de amor  que acabo antes de empezar, puso fin a miles de noches, a un sin fin de palabras inventadas, a multitud de tardes de sexo, de sado, de golpes, de miradas. Desde ese adiós,  fue imposible sacar,  su sonrisa de su mente,  Cada madrugada como hoy, aparecía el recuerdo de ella, soñaba con ella. cantaba canciones por ella,  lloraba y no llegaba a sentir su calor. Dime si a ti te está pasando lo mismo, si te acuerdas de la persona que te ha amado desde los 17 Dime si al despertar piensas, como hubiera sido tu vida, si por una mil